martes, 28 de febrero de 2012

LA SOBERBIA

Todas estas palabras  definen a LA SOBERBIA,  son sus sinónimos, pero en realidad, todas a la vez la caracterizan formando parte de ella: ORGULLO, ALTIVEZ, ALTANERÍA, ARROGANCIA, IMPERIO, JACTANCIA, PETULANCIA, INSOLENCIA, quien la practica muestra todas estas actitudes.
El tornado que desvía la vertiente original de la vida, como una monumental cinta sobre los ojos, un espacio irracional que no admite ver colores claros, solo es oscuridad. Te exhibe un mundo de culpables donde tu eres siempre el lastimado, ellos no son más que los consagrados a forjar en tu acontecida vida, todos los incomprendidos espacios fortuitos que día a día hacen tu paso por esta tradición un evento traumático.
            La soberbia no admite medias tintas, ni pactos, ni convenios, la soberbia es la soberana de la razón, desde su pedestal puede mirarlos a todos y señalar con exigencia cada uno de los actos que no armonicen con su criterio, es la matrona absoluta de la preeminencia racional. Está instituida con parámetros radicales, se esconde detrás de los muros sin importar quien queda afuera, su fortuna más preciada es la intolerancia, jamás declina, su deporte predilecto es cerrar los ojos e ignorar muy particularmente a los actos justos.
            Se aferra a los sentidos de las personas con formidables garfios pero muy dóciles, casi no se precisan, te sofoca en sus aguas con el distintivo que te cede respirar, por eso no lo notas, su peor enemigo el convenio, eso le sustrae terreno y es una pompa que no puede darse.
            Escuchar no es su fuerte y por ende  se escabulle, no vaya a ser que alguien le persuada, luego podría razonar y eso sería la hecatombe, después como explicar tanto inexactitud, siempre será mejor hacerse de oídos sordos total, lo que decreta el acto conveniente de no asumir.
            Por cierto, asumir es tan delicado, según ella, eso implica obligación con la verdad y el deber ser ¡por DIOS! Como desaprovechar mi todopoderosa razón, piensa ella.
            Al final de esta cavilación, esta indócil palabra SOBERBIA, custodiada de las más penumbrosas actitudes se escurre discretamente llevando como dotación la imperfección, el resentimiento y la falta de amor por lo imparcial. Ésta viaja entre la gente buscando candidatos para originarse ¿y entonces?, SI LO SABEMOS, CUIDEMOS NO HOSPEDARLA, ELLA PUEDE LLEVARSE LO MÁS IMPORTANTE ¡EL RESPETO POR NUESTROS IGUALES!

EL CANCER, LA RAZÓN IMPERECEDERA, LA CURA, RAZONAR QUE IMPERECEDERO DE LA RAZÓN MATA LA CONCIENCIA

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