martes, 9 de diciembre de 2014

¿EFECTO ESPEJO?: VER EN EL OTRO SUS PROPIOS DEFECTOS



No hay nada más fácil que ver los defectos de los demás, antes que los suyos. Pero hay quienes no solo se detienen a ver los de terceros, sino que sus propios errores y debilidades las trasladan a esas personas para hacerlas sentir responsables de sus actos. Cuidado.
Muy bien se ha dicho que es bueno tener cuidado a la hora de seleccionar a los enemigos, porque quizá eso que no aceptamos de nosotros es lo que vemos en ellos y es justo lo que nos lleva a catalogarlo como persona no allegada a nuestros afectos.
Y es que aceptar los propios defectos, las debilidades, los errores, es una de las tareas más titánicas en el ser humano. Por eso se elige el camino más fácil que es el del señalamiento, el de trasladar eso que no nos gusta en los demás o peor aún, engañarnos y creer que los demás tienen la culpa de lo que somos.
Pero es bueno detenerse y evaluar si está cayendo nada más y nada menos que en el efecto espejo, que es ver en el otro lo que es usted y no aceptarlo.
Antes de criticar al otro, pregúntese si eso que está diciendo es lo que tanto teme en usted. Es hora de decir con el corazón en la mano: Espejito, espejito.

A ver, estas preguntas, respondidas por el psicólogo social Freddy Cristancho.:
 ¿Por qué algunas personas suelen trasladar sus propios errores a otros, y no aceptarlos como propios?
Algunas personas caen dentro de un mecanismo de defensa llamado proyección, que les permite ver en otras personas sus propios defectos o virtudes y tienden a sentirse amenazados por inseguridad o baja autoestima.
El ser humano siempre ha replicado comportamientos dentro de su círculo social y por esta razón algunas personas regidas por la caracterización de su personalidad tienden a criticar en los demás lo que saben y reconocen como sus propios defectos.
De lo que se trata es de darnos cuenta que es una caracterización muy constante en nuestra sociedad actual, para justificar los propios actos como un supuesto acto de venganza o de presunta igualdad, cuando en realidad es la falta de reconocimiento y aceptación entre el propio ser y los demás.



¿Por qué puede una persona convencerse de los errores del otro cuando son los propios? ¿Este comportamiento es consciente o inconsciente?
La primera crianza en la vida es la que se produce en la familia; por eso cuando un niño comete un error debe ser corregido por sus padres. Si es el caso se le debe castigar, pero no podemos justificar los errores o fallas del niño en aspectos ajenos a él, puesto que esto creará más adelante la posibilidad de que todo lo que él haga no sea su culpa y que tiene derecho a fallar, pues los demás son los responsables.
Este comportamiento que a veces parece inconsciente no lo es dentro de un cerebro sano, puesto que una de las características del hombre es la de razonar y entender cuando falla y cuando acierta, si sus esquemas sociales y humanos  están bien organizados en su mente y su pensamiento.

¿Le ha pasado con un compañero de trabajo?
Esa persona no trabaja en equipo, no es responsable, no delega, entrega tarde, y a la hora de hacer el balance, es capaz de decir ante su jefe que las fallas que se dan en el grupo son precisamente culpa de los otros. No es capaz de admitir que él al igual que sus compañeros hace parte de su dinámica de trabajo y que su descuido frena a los demás.
En este tipo de casos, la mejor actitud a tomar como compañero es la del respeto, y con ese mismo respeto decirle que quien tiene el problema o comparte el problema con otros es él. “Si nos damos cuenta el perfil de estas personas se caracteriza por su inseguridad y la falta de confianza hacia los demás”,
¿Alguna vez le ha pasado con su pareja?
“Es que solo vives celándome”, “es que no eres capaz de sentarte un segundo a escucharme”, “es que solo te la pasas viendo en mí eso que tú no haces por ti misma”.
Después de ser emitidas estas frases, usted se detiene y se da cuenta que todo lo anterior es su pareja, alguien que vive celándola, que poco escucha y que a cambio acude a los gritos, a los reclamos, pero no a la reflexión. Tanto así que todo lo que él es, se lo traslada a usted, como si fuera mérito propio.
Así que la pregunta a hacerse es: ¿cómo decirle a su pareja que solo se está reflejando en usted y no está siendo consecuente con lo que dice?
El psicólogo social Freddy Hernando Cristancho explica que “cada pareja pasa por diferentes etapas dentro de su proceso de enamoramiento y sostenimiento de la relación, y que  lo  importante es darse el tiempo para  conocerse bien y poder comprender el porqué de los comportamientos del uno y el otro. Ese conocimiento de la pareja sumado al conocimiento previo nos ayudará a entender y comprender si hemos caído dentro un mecanismo de defensa, al no ser capaces de corregir o aceptar nuestros propios errores”.
Hecho el análisis, el paso a seguir es no discutir por quién tiene la razón y quién no.
“Realmente la mayoría de personas no aceptan que es por sus propios defectos que actúan de esa manera y se requiere de mucha confianza para poder entrar en el campo de la autoculpabilidad. Se necesita hablar mucho, intentar por todos los medios no confrontar y menos revivir momentos del pasado, en estos casos los momentos del pasado son navajas que abren heridas, puesto que son ventanas abiertas a una realidad del presente”, agregó Cristancho.
El método más eficaz, según el profesional, es lograr una gran confianza para abordar acertadamente el diálogo constructivo y eficaz donde la pareja tenga la oportunidad de enriquecer la relación y fortalecer la falta de seguridad en los dos.


Cómo no culpar al otro paso a paso...

¿Cuál debe ser el proceso a elaborar para no caer en ese señalamiento de los propios defectos en otros?
Estas son algunas reflexiones a llevar a cabo, según explicó el profesional consultado, para que no termine señalando a los demás de sus propios actos.
1.- El primer y quizás único camino es aprender a reconocerse a sí mismo. Muchas personas pasan su vida sin saber siquiera quiénes son, de qué son capaces y qué sería de una vida donde ellos fueran los verdaderos artistas y artífices de sus propia decisiones.
2.- Del autoconocimiento debe pasar a la aceptación. Aprenda a ver con otros ojos las situaciones de la vida, a saber que nadie tendrá siempre la razón, pues cada persona vive en su propio mundo, un mundo donde no hay personas perfectas pero sí personas y momentos que le alegran la vida.

3.- Recuerde que la madurez no está relacionada con la edad de las personas. La madurez radica en el momento en que aprende a entender el papel que tiene en su vida, cuando es capaz de asumir las riendas de sus propios actos y cuando es capaz de sembrar amor y cosechar un amor más grande en un mundo de sueños cumplidos

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