La solución es siempre la integración, la lucha contra mi espejo (mi sombra) siempre refuerza a esta y siempre perderé. “Lo que resistes, persiste”. La perdida es la enfermedad.
Un Curso de Milagros dice:
“verás tu valía a través de los ojos de tu hermano, y cada uno será liberado cuando vea a su salvador en lugar donde antes pensó que había un agresor.
Mediante esta liberación se libera el mundo. Este es el papel en la consecución de la paz.”
Mediante esta liberación se libera el mundo. Este es el papel en la consecución de la paz.”
Lo que no hay que hacer es luchar contra el opuesto. Esta es la cosa más tonta que se puede hacer. La curación siempre es integración. La integración de los opuestos es lo que te da la fuerza necesaria para alcanzar cualquier cosa.
Por eso la curación siempre es integrar, no separar. La lucha de que tu tienes la culpa porque no se qué, que tu madre, mira que la tuya, todas estas cosas, eso no va a ninguna parte. Si estamos juntos es para algo. ¿Qué te reflejo yo, qué me reflejas tu? ¿Qué debo aprender yo, que debes aprender tu?
Alégrate de tener tantos espejos que te rodean para que todos ellos puedan enseñarte aquel aspecto que tu no podrías verte a ti mismo si no fuera por ellos.
Por eso bendice a todos los espejos que te rodean porque es una forma de conocerte, es una forma de aprender a amarte a ti mismo.
Las circunstancias que ocurren en nuestra vida tienen un sentido, tienen un PARA QUÉ y tenemos que descubrir ese mensaje. Quien realmente nos aporta sobre todo esto es Jung: el tema de LA SOMBRA.
Nosotros estamos proyectando nuestra sombra en los demás y nosotros no reconocemos esto y nos estamos peleando constantemente con nosotros mismos sin realmente darnos cuenta de esto.
Pero esto no empieza con Jung, ya antes hemos escuchado:
“vemos la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el nuestro”
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