Analizar-Te
La
clave el éxito en cualquier área de la vida está en poder analizar
frecuentemente y con certeza la diferencia entre donde se está y donde se
quiere llegar, y así poder evaluar las posibilidades y rutas existentes para
alcanzar la meta que nos hemos propuesto. No es susceptible a variación, si no
hay capacidad de análisis, es muy complicado saber si las decisiones que estamos
tomando son las correctas.
Los
patrones o guías para estos análisis son muy personales y los llamamos sistema
de valoración. Así, si en nuestro sistema de valores primero está la diversión
al trabajo, seguramente que nuestra meta de ser financieramente independientes
está fuera de orden o si por ejemplo valoramos más el trabajo que nuestra
salud, el deseo de un cuerpo esbelto queda también como un sueño más que como
una meta. Otra guía muy exacta es nuestro propio cuerpo que se manifiesta
conforme o inconforme según la decisión nos afecte positiva o negativamente,
muchas veces somos poco atentos a esta herramienta y nos dejamos llevar más por
los impulsos y emociones que suelen meternos en aprietos.
Ser
cónsonos entre lo que se piensa, dice y actúa, es vital para el logro, además
nos conecta directamente con Dios, quien emplea la intuición para orientar
nuestro andar. Pero más que analizar, se trata de ver con atención, mirar y
comprender lo que ocurre desde una perspectiva más amplia donde el juicio no
tiene cabida y las emociones quedan de lado entendiendo que:
Mirar
el mundo desde la perspectiva de quien solo ve y no participa, te permite
entender que existen infinidad de posibilidades para solucionar la situación.
El
análisis mental da cabida a juicios que derivan en emociones negativas debido
al pensamiento binario de “Lo bueno y Lo malo”.
Mirar
las situaciones desde el corazón, nos abre el panorama de posibilidades en
lugar del ambiente binario de la mente.
El
análisis no es de la situación, se trata más bien de analizarnos a nosotros
mismos con respecto de donde estamos y hacia donde nos dirigimos, como sentimos
con las decisiones que tomamos y vernos, no desde la víctima o protagonista,
sino desde el espectador, solo así podremos ver la mejor opción para salir
adelante.
Educar emociones.
El
primer paso en este proceso de educación es, Controlar los pensamientos.
Los
egos se parecen mucho a los niños traviesos. De hecho todos se forman durante
nuestra etapa de desarrollo y es por esta razón que algunos aparentan ser más
adultos que otros, pero no es así.
Cuando
se comportan de manera inarmónica nos ocasionan problemas al hacernos actuar de
manera incoherente a través de nuestras reacciones. Evitan que pensemos
poniendo en acción todo el sistema mental-espiritual que da lugar a las
reacciones físicas, palabras; gestos; dolores; impulsos; etc… Es en este
preciso momento, cuando comenzamos a tener reacciones físicas, en que podemos
actuar mirando la emoción para revelar cual ego esta reaccionando, al
observarlo y verse descubierto, el ego por el poder de nuestra atención, se
tranquiliza y es cuando podemos actuar en conexión con nuestra alma.
Similar
a un chico travieso cuando es pillado con las manos en la masa, el ego pierde
fuerza al no requerir más atención, pues ya la tiene. Para esto hay que estar
muy atent@s a lo que ocurre en nuestro interior.
¿Qué
parte de nuestro cuerpo físico es la que refleja la emoción? Esto puede
indicarnos con más exactitud que emoción es.
¿Exactamente
cuál es la emoción que se manifiesta? Rabia-Tristeza-Miedo, tienden a
confundirse, muchas veces un episodio de rabia puede ser generado más por miedo
que otra emoción.
¿Cuáles
pensamientos tenemos en nuestra mente al momento de generarse la emoción o
durante el proceso? Estos son el origen de nuestras reacciones, vale la pena
cuidarlos.
El
origen de las emociones está en los pensamientos que generamos como
consecuencia de los estímulos del entorno y como valoramos de cada uno de ellos
según nuestros hábitos. Cuidar nuestra mente es el primer paso para educar a
los egos y nuestras emociones.
Superación.
Cada obstáculo del camino, cada situación que
se aparece en nuestras vidas como un conflicto, es sin lugar a dudas una
oportunidad. Que es muy complicado de ver y comprender, si y eso es
indiscutible, si y solo sí lo vemos desde la perspectiva emocional, desde el dolor
o la tristeza que esta nos ocasiona. Al
salir de la emocionalidad es cuando podemos apreciar el amplio panorama
de beneficios y oportunidades que esperan por nosotros, también podemos
apreciar nuestro comportamiento y ver nuestros “errores”.
Dice
el refranero popular que “El tiempo todo lo cura” y es así, pues con el tiempo,
la emocionalidad causada por el evento va perdiendo fuerza, dando paso a la
comprensión. Con el tiempo avanzando constantemente podemos ver también el
desarrollo de las acciones que llevamos a cabo y de cómo nos levantamos ante la
adversidad, crecemos y aprendemos (¿?). Al pasar de los días, las rabias,
tristezas, el dolor y cualquier otra emoción, incluso la alegría, quedan
archivadas en nuestra memoria donde podemos pasar a revisarlas de vez en
cuando.
Sabemos
que hemos superado un evento, cuando la emoción que se generó ese día no nos
afecta, al menos no con la misma intensidad y esto es posible solo cuando
dejamos de alimentarla. La depresión, el rencor, falta de actividad y el miedo
son las principales causas de que nos
mantengamos aferrados al evento, como si esto fuese a ser solucionado
por alguna fuerza externa.
Superar
los eventos requiere valentía y coraje para poder vernos como somos en realidad
en lugar de como nos estamos sintiendo.
Todos
podemos superar las dificultades, siempre. De esto no cabe la menor duda.
Las
emociones son fuertes en la medida en que las alimentamos y mantenemos presente
en nuestros corazones ocupando el espacio del alma. Identifícalas y alimenta las
emociones de amor hacia ti en lugar de las tristezas y las rabias.
Ciertamente
el tiempo lo cura todo, pero ¿Por qué no curarlo desde el principio con la
voluntad de avanzar? Si miramos la emoción, la identificamos y le damos espacio
para fluir, superar el percance será mucho más rápido y sencillo.
El compromiso.
Esta
palabra muchas veces genera un temor imperceptible que hace mella en cualquier
tipo de relación ya que implica el cumplimiento de los deberes inherentes al
mantenimiento de la misma. Pero ¿Que ocurre cuando la relación que debemos
mantener es con nosotros mismos? Es aquí cuando comenzamos a ser flexibles más
allá de lo que es realmente bueno para cada uno y empiezan a aparecer fallas en
algunas de las áreas en las que nos desenvolvemos.
Entre
las más afectadas están la salud, las relaciones personales y por último las
laborales. En todas olvidamos el amor por nosotros mismos y por lo que hacemos
transformándolo en monotonía. Es importante destacar que estas fallas muchas
veces son inconscientes y llegan como consecuencia de no estar atentos a
nosotros mismos cayendo en la trampa del ego que nos hace perseguir señuelos en
lugar de sueños.
El
compromiso personal es relevante en la medida que comencemos a entender que sin
este la vida es complicada, cambiamos la alegría por el sacrificio olvidando
que los esfuerzos también pueden ser divertidos, apartamos la pasión,
envolviéndonos en el día a día y dejándonos atrapar por la comodidad de lo que
hemos aprendido. El ego se encarga de crear ilusiones que nos mantienen atrapados
en el sufrimiento, así,
El
victimismo nos hace caer en el auto-castigo, lesionando nuestro cuerpo con mala
alimentación, la que nos lleva ganar peso y todos los problemas de salud física
y emocional que esto conlleva.
El
miedo a avanzar o simplemente cambiar hace que descuidemos el foco entre
pensamiento, palabras y acciones llevándonos mantener relaciones que no están
de acuerdo con nuestro crecimiento.
Afectamos nuestras finanzas al limitarnos a
mantener trabajos que apenas nos pagan para vivir, por tener miedo a los
emprendimientos.
Cualquier
herramienta es válida para nuestros egos mientras nos mantenga en la ilusión de
la mente, pues de eso se alimentan, del desaliento y las emociones de
frustración. Nos corresponde hacer compromisos personales con nosotros para
poder mantener el brillo en los ojos y acceder a las maravillas que Dios tiene
para nosotros.
Círculos viciosos / virtuosos.
Nuestras
emociones nos hacen entrar en círculos planos que nos mantienen esclavos del
sufrimiento.
Cuando
aparecen situaciones que significan un gran conflicto en nuestras vidas,
sentimos que el mundo se detiene y literalmente no es posible hacer nada. La
muerte de alguien cercano, una separación traumática, la partida de un ser
querido a otras tierras, suelen ser eventos que disparan en nuestro interior
emociones muy fuertes que, de no ser canalizadas positivamente, nos arrastran a
un abismo de sufrimiento del cual difícilmente podemos salir sin el apoyo de
otros.
Si
las emociones nos sobrepasan, entonces creamos con ellas jaulas de paredes
invisibles que no nos permiten ver que el mundo sigue girando. Chocamos
constantemente con el miedo, la tristeza, el odio y el rencor que generados por
el “sentimiento de pérdida”. En verdad no hemos perdido nada, básicamente
porque nada nos pertenece más que nuestro propio cuerpo y aun así, este no es más que un recinto
temporal que utilizamos para atravesar este plano de vida.
Es
muy fácil mantenerse dentro de estas jaulas emocionales, caemos en círculos
viciosos en los que reclamamos constantemente a las personas involucradas,
incluso el mismo Dios termina siendo el mayor culpable de lo que sucedió y tal
vez sea cierto, pero la responsabilidad de salir del vicio del sufrimiento y
entrar en la dinámica de un círculo virtuoso es nuestra responsabilidad. Como
siempre es muy complicado darse cuenta, no porque lo sea en realidad, sino
porque nos negamos a ver la salida sencilla. Sabe lo siguiente.
El
dolor durará mientras le des cabida en tu corazón.
En la
medida que te alejas de Dios, el dolor no solo será más intenso, sino que se
hará más duro de sacar impidiendo que salgas del círculo vicioso del
sufrimiento.
Buscar
consuelo y apoyo en otras personas es una excelente herramienta, si y solo si,
estas personas no se involucran aliándose con alguna de las partes en
conflicto.
A
veces el conflicto más que con otros, es con nosotros mismos. Corresponde
aceptarse y amarse para poder crear el círculo virtuoso que te sacará del
sufrimiento.
Las
emociones se cran a partir de la ilusión creada por la mente y el ego. Aprende
a identificarlas y podrás avanzar más rápidamente.
Ayuda.
Asistir
a los demás es una tarea natural del ser humano, sentir compasión y acercarse
al prójimo para ayudarle a resolver una situación es algo que vemos a diario,
incluso en las ciudades más convulsionadas del planeta. La ayuda siempre está
para quien la requiera, aun cuando no sepa que la necesita, simplemente está
ahí para ser aprovechada.
A
quien más solemos pedir ayuda es al mismo Dios, ese ser mayormente
indescriptible que nos apoya de maneras insospechadas y que se vale de otras
personas para hacer su labor, crea situaciones para que cada uno tropiece
oportunamente con los recursos necesarios de manera que logremos superar el
obstáculo. Quienes no creen en este ser, hablan de coincidencias o
casualidades, para los más fervorosos, la mano de Dios está en todo, incluso en
las situaciones más adversas como una prueba o lección de vida.
A
pesar de estar siempre disponible, la ayuda se hace difícil de encontrar,
particularmente para aquellos que no quieren verla o simplemente esperan
recibirla de la manera en que ellos la desean. Los egos se empeñan en poner
ideas en nuestra mente sobre cómo debemos ser ayudados y en lugar de estar
abiertos a recibir el auxilio, simplemente esperamos a que llegue lo que
nosotros queremos, sin que esto sea lo que necesitemos en ese momento.
Reconocer
que necesitamos ayuda es quizás el acto más complicado de hacer. Solo observa
tu situación y compárala con lo que deseas, esto te puede dar una pista de la
cantidad que necesitas.
Cuando
recibimos lo que “no queremos” es el momento de revisar lo que realmente
necesitamos.
Cuando
reconocemos que necesitamos ayuda, esta de manera muy misteriosa, aparece como
si hubiese estado esperando siempre por nosotros. Parecieran cosas de Dios.
Si
sientes que la ayuda no aparece, haz alguna de estas cosas, 1.- Pídela y si no
aparece, 2.- Vuélvela a pedir. Nunca ceses en tu petición, más temprano que
tarde llegará.Y tu ¿Necesitas ayuda?
Condición perfecta I
Parte
de procrastinar consiste en tener excusas para no hacer, para dejar de avanzar
y una de la más empleada es “Es que yo soy así”, asumimos que nuestra
personalidad es el verdadero SER y resulta que nuestra personalidad está
conformada por muchas facetas que ocultan nuestra realidad.
La
personalidad, lo que creemos que somos, son solo representaciones que nos han
funcionado para protegernos del medio en el que nos desenvolvemos. Así evitamos
burlas; abusos; desilusiones y cualquier otra acción externa que sentimos nos
lastimará. Es solo cuando entendemos que nada nos puede lastimar, cuando nos
hacemos fuertes y sabemos que nos hemos ido ocultando tras máscaras variadas
que impedían que nuestra luz brillara alrededor.
Si
de ser mejores personas se trata, decir “Es que yo soy así” termina siendo una
excusa y cabe destacar que una muy buena. Es muy buena, porque es verdad
mientras así lo creamos. Nuestra mente hará lo posible por mantenernos ocupados
repitiendo patrones aprendidos y siendo de esa manera limitada que nos impide
SER. Mientras creamos que somos de una manera determinada, jamás generaremos la
condición perfecta para avanzar al siguiente
nivel, ser mejores personas y generar la conexión con Dios. Observa lo
siguiente:
Presta
atención y date cuenta de que todas las excusas comienzan de la misma manera
“Es que…” por el sufijo que quieras, al final todas terminan siendo una excusa.
Todas
las excusas para dejar de hacer, pueden transformarse en buenas razones para
hacer.
Reconoces
a las excusas porque son tan débiles que requieren explicaciones, siempre
generan argumentos para dejar de hacer.
Vienen
disfrazadas de varias maneras, Refranes; Tradiciones de casa; Sabiduría
popular. Amén de que algunas pude que hayan sido ciertas en algún momento, la
mayoría nos limitan, casi siempre sin que nos demos cuenta.
Nuestra
manera de ser nos ha traído hasta donde estamos, pero eso no quiere decir que
hayamos llegado a nuestra mejor versión. Hoy más que nunca es imperativo seguir
mejorando, nuestro proceso evolutivo nos lleva de la mano para dejar de ser y
comenzar a SER seres humanos diferentes. Obsérvate y aprecia como tu
personalidad está afectando tu entorno y tu desempeño, puede que te den ganas
de cambiar.
Condición perfecta II
Cavilando
de un lado a otro en la habitación, el discípulo se hacía la pregunta sin
respuesta que botaba en su cabeza desde hacía ya varias semanas. El ciclo lunar
estaba por concluir y aún no terminaba la tarea. Había impreso mucha energía en
el arranque pero ahora estaba detenido, estancado, sintiéndose sin recursos,
incluso con pocas alternativas para proseguir. Casi al ocaso del día, llego el
maestro con agua caliente para el té. Solo observó y comentó – Tu angustia es
causada por la incertidumbre. Le invitó a sentarse y le sirvió una taza de Té –
Espero sea de tu gusto lo he preparado especialmente para ti. Luego de un rato
en silencio, el discípulo preguntó al maestro – ¿Cómo puedo hacer para concluir
esta tarea, no sé por dónde comenzar. A lo que el maestro respondió – Por el
principio.
Muchas
veces esperando contar con las condiciones perfectas para iniciar un proyecto,
vamos postergando su ejecución, no importa cuán sencilla sea la tarea, esta se
aplaza indefinidamente en la espera del momento perfecto, de las condiciones
ideales, que nos permitan según nuestro pensamiento alcanzar el éxito.
Aplazamos más por miedo a fallar que por la espera verdadera del logro.
Ya
entrada la noche y habiendo permanecido en silencio largo rato meditando sobre
las últimas palabras del maestro, el discípulo alcanzó a decir – Entonces ¿no
hay nada que temer maestro? A lo que el maestro amorosamente respondió. – Si,
debes temer al miedo mismo, al temor que te embarga cada vez que piensas en
fracasar. Al ocaso siguiente el discípulo, apesadumbrado y lleno de tristeza se
acercó al maestro – No he podido concluir maestro, le he fallado y ahora ¿qué
puedo hacer? – Comenzar desde el principio. Asintió el maestro con una sonrisa.
Lo
más importante y repetido en mucha literatura, incluso a estas alturas de tu vida
ya lo habrás experimentado.
Toda
acción te lleva a la posibilidad de crear o de aprender, nunca a fallar.
Si
creas algo, recuerda evaluar si diste lo mejor de ti para lograrlo. De no haber
sido lo máximo, recuerda lo que aprendiste.
Si
no logras crear algo, es decir, si “fallas”, recuerda lo que aprendiste.
Vence
la inercia y avanza.
Si
cambias el enfoque, los resultados negativos cambian y se transforman en
lecciones.
Estár
atento a ti mismo es la unica manera de poder hallar la Conexión Permanente
El
camino de la vida está lleno de bifurcaciones que nos mantienen permanentemente
tomando decisiones sobre cual camino seguir, continuar en un trabajo en el que
no me siento pleno o dejarlo y aventurarme en la búsqueda de uno nuevo o mejor,
iniciar un emprendimiento de algo que me apasiona; Enfrentar la realidad con mi
pareja de que ya no es lo mismo y asumir una posible separación o continuar por
costumbre complaciendo una realidad con la cual ya no estoy en sintonía; Saber
si estamos listos para ser padres y comenzar la aventura o esperar un año más a
que las condiciones del entorno mejoren. Situaciones como estas se presentan a
diario.
Si
hay algo cierto con relación a estas decisiones es que nunca se está cien por
ciento listo para iniciar el nuevo camino que decidimos emprender. Para ser
padres; iniciar un negocio; iniciar o terminar una relación, siempre va a haber
algo que nos falta por aprender y es precisamente ese detalle, el que nos
genera temor, del cual nos aferramos para dejar de hacer y lo convertimos en la
excusa perfecta.
Hay
muchos símiles a nuestro alrededor que simbolizan perfectamente estos cambios
inevitables que nos llevan a tomar decisiones, uno por el que la mayoría ha
atravesado es el pasar de educación primaria a secundaria o bachillerato. Quien
haya vivido ese momento, sabe que no hay manera de quedarse en sexto grado así
no te sientas plenamente listo para enfrentar esa nueva realidad. Si estas en
alguna disyuntiva respecto a alguna decisión, considera esto:
Los
seres humanos generamos y tenemos cambios a diario. Millones de células mueren
y son reemplazadas en nuestro cuerpo cada día. Eso es cambio.
Con
el tiempo nos sentimos cómodos en una situación y pensamos que no hace falta
cambiar. Está atento, las áreas de confort son muy peligrosas.
Los
problemas aparecen cuando nos resistimos a los cambios que nos plantea la vida,
Mira el cambio, observa la situación y cómo te sientes. Si te da miedo muy
probablemente es algo que tengas que hacer, incluso dejar de ser “cómo crees
que eres”
El
cambio siempre es inevitable y si no lo asumimos desde la consciencia, entonces
la vida tomará la decisión por nosotros y esto puede ser más doloroso. Disponte
a ser guiado por Dios en tu corazón está el camino correcto, permanece
disponible una parte de tu tiempo para ti ( a solas ) allí encontraras las
respuesta por el camino que debes conducirte , la vida es hermosa y fluida y
quiere que tu estés al compás de ella
Ojos que no ven.
Toda
la información que percibimos entra por nuestros sentidos y La mayor parte de
esta o al menos a la que le damos mayor importancia es a la que entra por
nuestros ojos y oídos. Solemos recordar sonidos e imágenes más que olores y
sensaciones. Pero ¿Que si nuestros ojos no perciben la verdad, que sucedería si
un día te encuentras con que tus ojos te han estado engañando? Sería, además de
una gran sorpresa, algo que nos generaría muchas dudas y quien sabe, hasta
resentimiento hacia el engaño del que hemos sido víctimas.
En
algún libro, le comentó el zorro a El Principito, líneas antes de su partida.
“Lo esencial es invisible a los ojos” en alusión a que lo que miramos no
siempre es lo verdaderamente importante o verdadero. Nuestra mente coloca
filtros que llamamos creencias, valores, principios. Ilusiones todas que
enmascaran la verdad de los hechos envolviéndonos en la fantasía de la razón.
Basta
un instante, ese preciso momento en el que estamos listos para que los
cristales que filtran la información caigan y ante nosotros se eleve la verdad,
una que, dependiendo de nuestra terquedad, nos aparece repentinamente
haciéndonos tropezar en nuestro propio engaño. Es precisamente en ese momento
de claridad cuando salimos de la razón y donde pueden ocurrir dos cosas.
Entramos
en negación respecto a la nueva realidad, tratando de permanecer en el statu
quo, tropezando nuevamente con la misma piedra y repitiendo historias.
Caemos
en un estado de profunda reflexión que nos lleva a crecer, a hacernos grandes y
tomar el control de las situaciones.
Bien
sea que nos sintamos una u otra, vale la pena evaluarnos y entender que si algo
nos a dado de frente, algo como la verdad de las cosas, esa que no éramos
capaces de ver, es porque ya estamos listos para avanzar.
La
verdad siempre nos va a sorprender, especialmente cuando andamos distraídos
buscando respuestas fuera de nosotros mismos.
Esta
verdad es algo que siempre estuvo cerca de nosotros.
Resistirnos
provocará dolor y sufrimiento de maneras insospechadas y casi siempre
imperceptibles, haciéndonos caer en áreas de comodidad.
No
hay culpables, Dios solo dispone del escenario para que hagamos lo mejor
posible. Si no avanzamos él buscará la manera de empujarnos hacia adelante.
Pasado – Presente – Futuro.
El
tiempo tal y como lo concebimos en nuestra realidad actual nos está jugando una
treta muy extraña, una en la que y según los científico, hoy día una jornada no
tiene 24 horas sino 16 y las semanas no tienes 7 días sino 4. Es en este punto
cuando tu expresión hace. AH? después dices, aahhh.. Con razón, y luego esta
expresión se transforma en una que dice Naaa, Eso es imposible. Pero ¿Qué tal si no solo es posible, sino que
es real? Esto nos colocaría en la posición de tener que hacer cambios acelerados
en nuestro sistema de vida. Cambios que son complicados de afrontar, no por
difíciles, sino debido a nuestros egos.
Ayer
comentábamos en Tiempos de cambio, sobre algunos de los síntomas que está
generando esta nueva etapa del proceso evolutivo de la humanidad y con todo
respeto, no importa si lo crees o no, esto ocurre a cada instante, estés o no
consciente de ello. ¿Si siempre ocurre, como es que no te habías dado cuenta
antes? La respuesta es que ha habido cambios a nivel del planeta, el sistema
solar y la galaxia que han impulsado la aceleración de estos procesos. Algunos
pudieran decir que están bien y que no sienten los cambios, algo muy valedero,
pero con temporalidad incierta, a la larga si no has cuidado tu salud, el
aumento de la vibración planetaria te afectará tarde o temprano. Por
consiguiente:
El
único tiempo que tiene vigencia es el aquí y el ahora, ya mismo, YA. Los otros
dos tiempos como no existen, no son importantes.
Casi
todos nos estamos transformando en mejores y renovados seres humanos, ¿Da
miedo? Seguro y la mejor manera de evitarlo es siendo más conscientes.
La
consciencia se adquiere aprendiendo nociones básicas de la vida, una de ellas y
la más efectiva de todas. Respirar.
Sabe
que el mundo de la emociones está en sus últimas, tal vez es por esta razón que
vemos tanto drama. Piénsalo, ¿Cómo sería tu vida si terminas con las
telenovelas mentales?
Ha
llegado el tiempo de crecer en Fe y conocimiento del SER. Toca encontrar un
grupo que se ajuste a tu sistema de creencias.
Vive,
aprende y crece para ser un mejor SER Humano.
Satisfacción.
Pareciera
que hallar la verdadera satisfacción es una tarea sumamente compleja, ya que
complacernos se convierte en satisfacer las ambiciones impulsadas por los egos
que expresan emociones de manera descontrolada e inarmónica, haciendo que para
nosotros nunca sea suficiente.
Siempre
deseamos recibir, sentimos y pensamos que merecemos tener todo y esto no es
casualidad, pues todo lo tenemos. El “problema” se presenta cuando no nos gusta
lo que nos han dado, sin pensar en que tal vez hemos recibido, no solo lo que
queríamos sino también lo que necesitamos. Es entonces cuando iniciamos los
reclamos a Dios, Que si es muy alto o muy oscuro; que porque es este y no
aquel; si hubiera recibido tanto el lugar de cuanto, etc… Nunca es suficiente.
En descargo a todo esto, si no fuera por este empeño de los egos, tal vez una
persona cualquiera como tú o quizás, T.A. Edison, no hubiese registrado sus más
de 2.300 patentes y no estuviésemos disfrutando, las maravillas descubiertas e
inventadas el siglo pasado. Pero ¿Cómo estos egos son diferentes de los de la
mayoría de las personas? No lo son.
Difícilmente
conoceremos las motivaciones de estos creadores, pero en definitiva, su enfoque
no solo era en ser los mejores, sino también el de generar bienestar para
muchos. Seguramente el espíritu de competencia, ese que nos impulsa a superar a
otros, estuvo presente apoyándoles en momentos de flaqueza, pero lo que
prevalecía era el mejorar la vida de sus comunidades y al hacerlo, se
convirtieron en referentes de éxito. Reconoce lo siguiente ¿Cómo estás hoy con
tu situación, satisfecho?
La
verdadera satisfacción aparece solo cuando tenemos claridad en lo que deseamos
alcanzar.
La
búsqueda interminable y desordenada de la satisfacción, en cualquier ámbito de
nuestras vidas, puede ser calificada de ansiedad y esta proviene del ego.
La
ansiedad por el resultado se genera cuando queremos controlar la situación
queriendo que sea más como nosotros queremos que cómo Dios quiere. Al final él
siempre va a respetar el libre albedrío.
Sabrás
que se trata del ego y no de la inspiración de la divinidad, cuando los
“fracasos” en la obtención de tus resultados te generan frustración y rabia en
lugar de aprendizaje y avance. Observa bien tus emociones con relación a eso
que quieres y encontrarás un camino hacia el crecimiento.
Acción u omisión.
Uno
de los miedos más grandes en la mayoría de los seres humanos, es el del miedo
al fracaso, a fallar en nuestros intentos y quedar “mal” frente a los demás.
Esto al igual que todos los miedos es una ilusión, incluso el que sentimos por
la muerte que para sorpresa de muchos no es el más popular entre la humanidad.
Existe
una oración en el catolicismo llamada, “Acto de constricción” la cual se usa
para pedir perdón por los pecados y en ella, el practicante confiesa haber
cometido pecados de “…pensamiento, palabra obra y omisión…” Pecar en si, tal y
como es concebido y enseñado en la religión puede que no signifique mucho para
quien lea estas líneas, pero ciertamente afecta nuestras vidas de maneras poco
favorables.
Si
bien hacer cosas fuera de las normas se considera una falta, también está el no
hacer las que sí están escritas o en su defecto, acordadas. La omisión, que
también es una manera de actuar que nos lleva a pecar al dejar de hacer lo que
es menester hacer, es peor cuando es por miedo a… Que se forme un problema
entre las partes; a quedar mal con los involucrados; a lesionar o causar daño a
alguien, etc…
Sin
importar lo que sea eso que haya que hacer nunca podremos satisfacer a todos y
siempre habrá alguien, como es natural pues todos tenemos maneras de pensar y
sistemas de creencias diferentes, que piense que lo que hacemos no es correcto
y el hacerlo dependerá en este caso, del tamaño del compromiso personal que
tengamos por lo que hacemos y el amor que sintamos por ello. Si tienes miedo de
hacer algo, recuerda:
La
inacción por miedo, normalmente causa demoras en nuestro desarrollo como
personas al evitar que sucedan eventos que nos favorecen.
Nunca
todos estarán contentos, pues cada quien piensa de manera personal y casi
siempre en el beneficio individual. Si tu acción beneficia a muchos, no
vaciles, actúa.
Hay
muchas maneras de aprender, pero la mejor de todas es, haciendo.
Los
errores son parte del proceso y en la medida que más practiquemos, menos
habrán, así que, una vez más, actúa.
Sin
importar el resultado, actuar genera aprendizaje, no hacerlo siempre deja dudas
y las dudas son una carga muy pesada.
La
omisión también puede ser una acción, solo que hay que ser consciente de ella
para que cuente como tal.
Sobre entendido.
Suponer
es algo que todos hacemos en mayor o menor medida, solemos dar por entendido
que nuestros interlocutores han comprendido exactamente lo que nosotros
esperamos de ellos, así vemos padres instruyendo hijos de manera pobre,
esperando, no solo que hagan lo que les pedimos, sino que lo hagan de la manera
en como nosotros mismos lo haríamos. Jefes y subalternos, compañeros de
trabajo, de equipo, etc…
Sobre
entender que los demás saben lo mismo que nosotros solo porque comparten el
mismo espacio, refiriéndonos con esto a cualquier área de la vida, nos da pie
para que empleemos nuestro ego al momento de reclamar. Esto abre los espacios
para las críticas y cuestionamientos sobre las capacidades y talentos de
quienes nos acompañan. Lo contraproducente de sobreentender que alguien nos ha
captado o conoce en esencia, es que nos perdemos la oportunidad de aprender,
nuevas maneras, estilos, palabras, y el infinito espectro de sabiduría de
nuestros semejantes.
Evitar
todos estos inconvenientes, como siempre, depende de cada quien y es complicado
en la medida que los egos intervienen de manera descontrolada disparando
emociones alteradas, haciéndonos creer que somos los únicos capaces de saber
qué y cómo hacer algo. Una vez más, es menester aclarar que el trabajo de los
egos es el de mantenernos a salvo, a veces, hasta de nosotros mismos. Hay solo
una manera de evitar los malos entendidos por suposiciones y es verificando la
información. Sobre-entender o suponer que tenemos las respuestas nos aleja,
como mencionamos anteriormente, de una realidad, la de que podemos aprender
nuevas y mejores maneras de hacer eso que tanto queremos o deseamos. Esto de
suponer se mueve en varios niveles.
Preocupémonos
por entender en lugar de que nos entiendan, esto nos da una mejor perspectiva
de la situación y los motivos que la impulsan.
Evita
el juicio, esto nos coloca de iguales con nuestros compañeros de actividad. Ni
mejores ni peores, iguales.
Sabe
que no estás en posibilidades de conocerlo todo, así abres espacio para el aprendizaje.
Hay un par de virtudes a practicar en este
punto. Paciencia y Confianza. Ambas nos dan la oportunidad de permitir que los
demás aprendan también en el proceso.
Darnos
la oportunidad de conectarnos con los demás, nos da la oportunidad de ayudar al
prójimo y conectarnos, a través del servicio, con Dios.
Problemas.
Muchas
de nuestras angustias diarias se generan por el miedo de no saber. La
incertidumbre nos causa un pequeño caos en el que desconocemos por completo
cuándo y cómo sucederá lo que esperamos que ocurra. Tomamos un curso de acción
esperando obtener un resultado que es completamente incierto. Nos llenamos de
esperanzas o de negaciones para luego, en contadas ocasiones, llevarnos la
sorpresa de que, para “bien o para mal”, las cosas salieron de manera
totalmente contraria a como las planeamos.
Evitar
los miedos no es una tarea que deba ser hecha, todo lo contrario, los miedos
hay que vivirlos a plenitud, pues de ellos aprendemos y cuando los superamos,
somos más grandes que antes de hacerlo. Pero por más que se diga, siempre habrá
miedo a tomar un curso de acción en lugar de otro, esto es inevitable e
incontrolable. De cualquier manera, es menester que tengamos claridad sobre una
palabra, “Problemas”, pues es a esto a lo que más le tememos ya que estos
generan emociones incómodas e inarmónicas para con nosotros mismos. Es por ello
que si entendemos que:
El
“problema” fue creado por tus egos para mostrarte algo de ti mism@ y para salir
de allí solo tienes que darte cuenta de ello.
El
“problema” no es la situación en sí, de hecho, es solo una manera de ver una
lección para aprobar una materia. Emocionalidad, Pensamiento, Control, etc…
El
“problema” es solo uno de los muchos que se te presentarán durante tu tiempo de
estudio (llamado vida). Si, nunca terminan
El
“problema” no es tal, es solo una situación con la cual debes aprender algo de
ti mism@. No le des más larga, estúdialo, presenta el examen y pasa a la
siguiente materia.
Será
mucho más sencillo superar el miedo que nos causa algún desenlace que
pudiéramos percibir como conflictivo. Al final, tarde o temprano los problemas
se suscitarán y serán superados, así que no demores más tu progreso, deja que
ocurran las situaciones que te harán crecer.
Nosotros
hacemos la vida más difícil y complicada de lo que en realidad es… con nuestra
resistencia a aceptar y afrontar de la mejor manera, los cambios, lo inesperado
y la dificultad. Aprendamos a vivir el momento, poniendo nuestro mejor esfuerzo
en convertirlo siempre en una oportunidad de crecer, aprender y compartir!!
"Para
quererse uno mismo, fortalecer el amor propio y sentirse merecedor hay que
trabajar en cuatro pilares básicos: autoconcepto (lo que pienso de mi),
autoimagen (qué tanto me gusto), autorreforzamiento (qué tanto me doy gusto) y
autoeficacia (si confío o no en mí). El amor empieza por casa. El primer amor
para uno debe ser su propio "yo", no narcisismo, sino amor propio del
bueno, sin egolatría. Sólo podrás amar si te quieres, uno da lo que piensa que
vale. "Te quiero y me quiero" es mejor que amar ciegamente y
entregarse sin reparos. Si crees que vales como persona, llegarás a la
conclusión que todo amor debe ser recíproco." Walter Riso