miércoles, 18 de marzo de 2015

INFIDELIDAD MUJER / HOMBRE

Una de las cuestiones más polémicas en la guerra de los sexos, es la infidelidad. En la que,  generalmente, el hombre es quien se dice lleva la delantera frente a la mujer, pues en promedio las estadísticas apuntan un 60% contra 40% de infidelidad, respectivamente. No obstante, investigaciones recientes dan giro a esta apreciación.
Ellas son más infieles…
Según el Primer Estudio sobre Conductas y Preferencias Sexuales de Usuarios de Internet en España, 50% de las mujeres ha incurrido en infidelidad frente a 44% de los hombres. Mientras que un estudio del Journal of Couple and Relationship Therapy señala que entre un 45 y un 55% de las mujeres casadas son infieles.

¿Son ellas tan infieles como ellos?
Una investigación de la Universidad de Indiana mostró que las mujeres son casi tan infieles como los hombres, con un 19% frente al 23%, respectivamente. ¿Qué tal? Las cifras casi se emparejan, una tendencia que según David Holmes, psicólogo de la Manchester Metropolitan University, también sucede en el Reino Unido, pues frente a 20% de hombres infieles, existen 15% de mujeres que lo han sido.
Catherine Mercer, directora de análisis de la Encuesta Nacional de las Actitudes Sexuales y Estilos de Vida (2000) la diferencia puede radicar solo en que a las mujeres les cuesta más trabajo admitirlo.
Hombres, más parejas – mujeres, más frecuencia
Mercer también señala que la evidencia sugiere que las mujeres son menos infieles, pero lo hacen con más frecuencia, mientras que los hombres sostienen relaciones fuera de la relación con mayor número de parejas sexuales.
Lo cual, puede deberse, según el especialista Rober Weiss, videpresidente de Clinical Development with Elements Behavioral Health a que las mujeres crean lazos emocionales, pues un 57% afirman sentirse enamoradas de sus aventuras, contra 27% de hombres. De esta manera, mientras ellos lo hacen para refrendar su hombría, ellas buscan comprensión y afecto.
Infieles por naturaleza o falta de comunicación
La monogamia no está grabada en el ADN del ser humano. Los expertos han demostrado que como otros animales los humanos también son adúlteros por naturaleza, lo cual no quiere decir que una pareja no pueda llegar a serlo. “Ser monógamo es una decisión mental”, opina la terapeuta colombiana Pilar Jaramillo.
Asimismo, los especialistas señalan a la comunicación entre la pareja como el remedio de la infidelidad, sin embargo, como lo muestra un estudio de la Facultad de Psicología y el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los problemas de comunicación son una de las primeras causas que declararon las mujeres, para ser infieles.
Mientras que los varones tienen como primer motivo de infidelidad el sentirse atraídos por el físico de otras mujeres, y en segundo plano colocan la escasa comunicación con su pareja.

Ser infiel es cuestión de dinero
Comúnmente las estadísticas reportan que los hombres que suelen ser infieles tienen más dinero, que quienes tienen problemas económicos. Sin embargo, ahora las mujeres también se colocan en este papel, estudios indican que cuando ellas logran obtener recursos y un estatus por sus propios medios, son menos dependientes de sus parejas por lo que es más probable que se conviertan en infieles. En efecto, los hallazgos de un estudio realizado por investigadores de las universidades de Groningen y Tilburg, en Holanda, mostraron que en los casos en que la mujer tiene un cargo de poder se asoció a casos reportados de infidelidad o a la intención de ser infiel.
En general, las estadísticas también reportan que la infidelidad está a la alza, a pesar de que 90% de las personas dice creer que ello está mal. ¿Qué opinas? ¿Por qué consideras que sucede la infidelidad? ¿Has estado en una situación así? Comparte tus comentarios.



Tomado de: Phronesis 25 febrero, 2015 Artículos, Pareja y sexualidad

LO QUE UN MAL ESPOSO HACE A SU BUENA ESPOSA


    Está bien, tal vez no seas un marido horrible, pero hay algunas cosas bastante terribles que definitivamente no deseas que se cuelen en tu matrimonio. Tu mujer merece algo mejor que un marido con cualquiera de estos diez feos hábitos.
    1. Criticar
    Por favor, cuídate y no caigas en la trampa de criticar a su esposa. Elije ver lo bueno en tu esposa. Felicítala por todas las cosas que está haciendo bien. La próxima vez que te den ganas de decirle algo que no te gusta de ella, dale la vuelta y dale elogio sincero. A ella le va a encantar
    2. Controlar, como un ser TRIOPE
    Lo creas o no, tú no siempre tienes razón. Y tu bella esposa es muy buena al tomar sus propias decisiones (y por lo general toma muy buenas decisiones: tú fuiste una de ellas). Así que deja de sentir la necesidad de controlar para dónde va, lo que está haciendo, lo mucho que gasta, y demás. En lugar de hacer hincapié en eso, trabajen juntos como equipo, alentándose y apoyándose mutuamente. Deja que tu esposa sea ella misma, y dale alas para que vuele.
    3. Tratarla como un objeto
    ¡Por favor, marido! Tu esposa no es un objeto. Ella es tu esposa, tu mejor amiga y tu reina. Ella merece tu máximo respeto, sobre todo cuando se trata de la intimidad sexual. Siempre respétela y respeta su cuerpo. Esfuérzate en establecer una conexión emocional y confiar el uno en el otro antes de pensar en compartir la intimidad sexual con tu esposa. El sexo puede ser la cosa más unificadora y hermosa en el matrimonio cuando ambos se tratan mutuamente con respeto.



    4. No prestar atención
    Tienes una esposa: eres un tipo con suerte. Por favor no te olvides de ella. Nunca estés tan ocupado como para llamarla, enviarle un mensaje o notar cuando entra a un cuarto. La próxima vez que la veas, dale un abrazo y dile que la amas. Hazle saber que ella es tu máxima prioridad, ponla de primer lugar en tu vida —por delante del trabajo, del tiempo con tus amigos o de un partido de fútbol—. Siéntate en el sofá y habla con ella. Cuéntale de tu día, de lo que piensas, de tus preocupaciones y tus experiencias divertidas. Ten cuidado, o pronto te darás cuenta que las chispas de repente comienzan a volar.
    5. Utilizar un lenguaje grosero o sucio
    ¿Qué pasó con esto? Tú no eres un adolescente (y aunque lo fueras, las malas palabras no son realmente apropiadas). Cuida tu vocabulario. Esfuérzate por evitar decir groserías, usar un lenguaje soez o sucio. Te sorprenderán todas las otras palabras que existen para expresar tus sentimientos. Tu esposa se merece escuchar palabras que un caballero utilizaría, no un patán. Cómprate un diccionario. Bueno, quizás no tanto como eso, pero prueba algunas nuevas palabras. Tu esposa estará recontra feliz y otros pensará que eres más inteligente.

    6. Ver pornografía
    Esta es una manera segura de arruinar tu matrimonio, tu vida y tu futuro. En pocas palabras, no veas pornografía o dejes que tus ojos se "deleiten" viendo lo que no deberían. Analízate y escoge un camino más excelente. Si estás atrincherado en la fea costumbre de ver pornografía, busca ayuda profesional (hay muchos buenos recursos para ayudarte a superar esa adicción). Busca ayuda profesional para comenzar el proceso de librarte de esa adicción. Tienes que querer el cambio para ti y para tus seres queridos. Así que analízate seriamente y decide qué tipo de vida realmente quieres.
    7. Tener expectativas demasiado altas
    La última cosa que tu dulce esposa necesita escuchar es que ella no está a la altura de tus expectativas poco realistas. Por favor no compares por el cuerpo de su esposa, habilidades para mantener un presupuesto, o habilidades para ser mama CON NADIE. Tus comparaciones, con el tiempo, aplastan su autoestima. Decídete a ser amable, paciente, a perdonar y ser flexible. Cuanto más hincapié hagas en todas sus cualidades positivas, más naturalmente empezará a vivir a la altura de tus elogios y convertirse en la mujer que tú describes.
    8. No ayudar en la casa
    ¿En serio? Puede ser que tú cubras gran parte de los gastos de la casa, o todos, pero eso no significa que tú puedes llegar a echarte en el sofá mientras tu esposa limpia, organiza y lava platos día tras día. Sé un mejor esposo y ayuda tú también. Limpia el inodoro (sí, el mismo que utilizas todos los días), ve de compras al súper o lava los platos (¡Ay! ¡Qué horror!). Tú y tu esposa son un equipo y deben trabajar hombro con hombro en crear la casa de sus sueños.
   


9. Perder los estribos con frecuencia
    Tú eres un hombre adulto. Gritarle a tu esposa no es correcto, eficaz o útil. Golpearla está completamente fuera de límites —ni se te ocurra—. Volverse iracundo, arremeter físicamente, lanzar cosas y amenazar, todas ellas son formas de abuso. Puedes y debes aprender a controlar tu temperamento. Puedes aprender a responder con calma y con amor. Al hacerlo, tu esposa se sentirá segura contigo y le encantará estar a tu alrededor.
    10. Vivir en mentiras y engaños
   Si tú piensas que puedes echarte una escapada con una muchacha del trabajo y tu esposa nunca sabrá, entonces te estás engañando a ti mismo y te espera una muy desagradable sorpresa. Y honestamente, aun si tu esposa nunca se entera, sigue siendo malo. No deshagas todo lo que realmente vale la pena por un fugaz momento de placer. Elige ser honesto. Elige ser leal. Vive a la altura de esas promesas que le hiciste cuando ella era tu novia. Sí, ella merece todo eso y mucho más.
    Después de todo esto, si te viste reflejado en cualquiera de estos hábitos desagradables, no te rindas. Más bien decide ser un mejor esposo y comienza a cambiar. Traza un camino hoy que te llevará a ti y a tu esposa al tipo de matrimonio de: "y vivieron felices para siempre" que siempre has querido.


    Traducido y adaptado al español por Miguel Jaimes, de 10 ugly things awful husbands do to their wives, de Aaron & April Jacob