domingo, 14 de octubre de 2012

SOBRE LA SOBERBIA




Seis cosas aborrece Dios y aún siete abomina su alma: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que matan gente inocente, el corazón que maquina maldad, los pies presurosos a hacer el mal, el falso testigo que habla mentiras y el que causa problemas entre hermanos. (Proverbios 6, 16-19)

Cuenta la fábula que un elefante extraviado llegó a un precipicio y se detuvo frente a un puente frágil hecho de madera. Titubeó unos instantes pues era consciente de su gran peso y después de pensarlo muy bien decidió valientemente caminar sobre aquella débil estructura. A cada paso que el elefante daba el puente crujía fuertisimo y se balanceaba de un lado a otro por aquel peso desmesurado.

E
l elefante miraba al frente; tenía que llegar al otro lado, era la única opción de encontrar a su manada. Fueron momentos de mucha tensión pero su meta le daba fortaleza para seguir adelante. Por fin y tras unos minutos que se hicieron eternos para el elefante llegó al otro lado del precipicio... y estando a salvo sintió la alegría del vencedor.

De repente, sin esperarlo de su oreja salió una pulga que exclamo !Oye gordo.... fue increíble como hicimos temblar ese puente, valió la pena el esfuerzo viejo!
Muy sorprendido por las palabras de la pulga le dijo ¿en que momento te esforzaste para sentirte triunfador? ¿de verdad te sientes victorioso con mi esfuerzo y tu ausente valor... crees que tu también moviste el puente?... Pulga... solo te veo ahora que ya todo el riesgo paso.

 Como la pulga son muchos arrogantes y fanfarrones que brillan no con luz propia sino a la sombra de otros o asumiendo el triunfo de otros con o sin su autorización: enfermos de un virus más alarmante que el mismo sida, ¿Cuál? la soberbia, si ese sentimiento de superioridad frente a los demás que provoca un trato despectivo hacía ellos. Sus sinónimos, altanería, altivez, arrogancia, insolencia.

Los soberbios tienden a hablar más de la cuenta de si mismos, se jactan de si para deslumbrar a los desprevenidos, celebran para si los triunfos de su prójimo


El asunto está en: ¿
Hasta donde hemos, somos o podemos llegar a ser contagiados por este virus? 
Dios nos manda a rodearnos de gente que comparta nuestros propósitos. En otras palabras"Dime con quién andas y te diré quién eres"...Debemos ser roca, sólidos en la fe en Cristo y las enseñanzas del padre, por ello no podemos ser esponjas que chupen las enfermedades de una sociedad con un tejido social roto.
Somos 
llamados a ser luz en la oscuridad sin juzgar sino, siendo la luz misma...

"Revestios de humildad, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes de corazón" (Pedro 5,5)

 Paula Vega